¿Será que la lampará podrá mantenerse mas tiempo encendida?
El tiempo se agota, el aire escasea...
¿Cuantos sueños se habrán de perder por una tragedia en una mina?
¿Cuantas vidas dependen de que ahí dentro aún quede un eco de vida?
Es raro dejar de girar en nosotros mismos,
voltear y pensar, que nosotros seguimos viviendo,
tomas tu café, yo tomo mi refresco, todos seguimos caminando,
pero en el mundo, hay gente que sin saberlo, ni quererlo (y a veces somos nosotros) se ha detenido.
No imagino la cantidad de cosas que cruzan la mente de alguien atrapado,
pero conozco la cantidad de sentimientos que pueden hacer que perdamos la cordura
y créeme, mi deseo hoy, es que no se pierdan muchas luces de esperanza,
porque cada persona, en cada lugar, es un elemento importante para hacer girar al mundo...
tu mundo, mi mundo... este mundo.
3 comentarios:
Hey Mr Chambitas tengo algo pa usted en mi mundo de bites.
Ningun hombre es una isla...
Yovuelotúvuelasélvuelanosotrosvolamosellosvuelanustedesvuelanvosotrosvoláis ¿por qué vosotros, quién dice vosotros, quienes voláis? Pablito el obseso de la gramática.
Los cortineros de la casa tienen por dentro una cuerda larga. Es cosa de quitarle uno de los remache a la estructura metálica y la cuerda va saliendo poco a poco, larga, larga, antes de que llegue Padre y mire las cortinas en el suelo. No importa, Padre llega siempre tarde, ignorante, ciego.
Yorobotúrobasélrobanosotrosrobamosellosrobanustedesrobanvosotrosrobáis. Padre tiene sus calcetines en el cajón de enmedio, cuarenta pares de calcetines, Padre y sus ochenta calcetines, Padre llega sólo a eso, a vestirse, la casa es para Padre una estación, un andén.
Yosueñotúsueñasélsueñanosotrossoñamosellossueñanustedessueñanvosotrossoñáis. (¡soñáis!). Colgar la cuerda de lado a lado de la recámara, por encima de la cama de Padre (una cama siempre ajena, de abandono, de recuerdos); ir poniendo los calcetines como en untendedero; luego asomarse a la ventana para respirar, escaparse del polvo; el edificio de enfrente hace un efecto de barrera, atrás un cielo que se distingue a pedazos (pedazos de cielo encima de un Pablito obseso y agazapado).
Padre es noble, un santo, él no se merece este Pablito obseso encerrado que se retuerce los dedos en la mesa, que no come, que arroja sus anteojos contra la pared para que luego le entren unas ganas discretas, calladas, de masticar vidrio. Por eso, por eso, Padre se ha convertido en una sombra.
Yoescapotúescapasélescapanosotrosescapamosellosescapanustedesescapanvosotrosescapáis.
También las corbatas, hay que colgar las corbatas, bajar al baño por los frascos de alcohol. Pablito el obseso, primer lugar en el concurso de ortografía de la escuela, maestros sonrisa idiota, diez minutos reinvindicados, jerarca por un día, mírame Padre, hoy nadie me empuja al suelo, hoy no me he orinado a mitad de la clase, entre las burlas a coro..., esta mañana la humillación descansa. Pero Padre estaba hundido en su mundo de corbatas, de casimir inglés, de grandes señores envueltos en papeles importantes. Padre sigue lejos.
Un cerillo basta para que el primer calcetín empiece a arder, apenas el tiempo justo para bajar corriendo las escaleras y salir por la puerta trasera. Y los vecinos de enfrente qué se van a asomar a ver la flama, de ahí no se van a mover, estupidizados hasta que todo termine. Yo muero, tú mueres, todos, hora tras hora, nos estamos muriendo poco a poco, quedito, indoloro, como Madre... algún día.
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