27 marzo 2006

Darkside.


Terminaba una película, reflejaba nuestros sueños. Era simplemente una pieza, una pieza de un largo rompecabezas que conforman nuestras vidas y que día a día se integra dentro de una nueva página que unida a las demás conforma el gran libro que lleva nuestro nombre, cada nombre.

Sonaba la rola de Orbital y me transportaba a mí mismo, a la unión de tierra y cielo que hacen conexiones en mi cerebro. Ahí creaba paredes y salas para hospedar sueños, sueños de alegría, sueños de agonía, sueños de creaciones, sueños de destrucción. Convive el loco y el maniaco con el puro y casi santo, convive el niño que mira tiernamente lado a lado del hombre cuya mirada no conoces.

Mis ganas de matar yacen ocultas, ocultas para evitar que salga de casa a partirte la madre. Mis ganas de vivir yacen dormitando, son un mar tranquilo que me complace con la observación contemplativa que le hago paso a paso en este caminar diario.

Queda mucho que vivir, queda mucho que aprender, quedan y quedan cosas... siempre quedan cosas.

De repente cae del cielo un Meteoro, de repente caen de cielo las oportunidades de crearme una revolución. El fuego lo ha invadido todo, lo arrasa y lo consume, hasta el punto donde es inevitable hablar del cambio, del antes y el después de un ser que ya cambió.

El Meteoro lo cambió todo... arraso con el pasado y concentró el caos en un solo nombre. El ser que era se unió en partículas con nuevas cosas y dio paso a una nueva forma, alada y volátil, distinta en su mirar. Seguía siendo yo... pero ya no igual.

Llegaste entonces tú, verde luz, verde ser... él que habla de seres que vuelan, de seres que cantan al oído. Llegaste tú...

No espero que te quedes... pero te quedarás.

Mis puños lucen marcas ahora, marcas nuevas de un rojizo carmesí. Mis brazos cuentan trazos, heridas que ennegrecidas me hablan de la persona que yo fui. Me río de alguien que ahora es pasado, de esa farsa suya de volver atrás y de decirme que es parte del sueño. Me río de él y de otro pendejete que se dice ser un amigo, pero que ha osado querer controlarme, forzarme a ser lo que él cree que debo ser bajo sus argumentos de que le importo, de que le intereso.

Detesto la pinche envidia de gente que no tiene vida, como él, hijo de puta que no has sabido mas que pensar en como acercarte a mí, en como poseer mi don y el de todos. Detesto la banalidad de seres que ante falta de camino buscan el tuyo truncar. Pero ¿sabes una cosa? Ese pendejo aún no conoce los desastres que vienen por delante. Quiso despertar mi ira y créeme, cuando buscas la locura, la locura encontrarás.

Desesperará... hallaré como hacerle desesperar... y cuando eso pasé descubrirá lo que buscó. Seré quien tiré del gatillo, el que acabe con su vida, el que quite su respiro igual que él me ha evitado respirar.

Nunca te atrevas a cortarle las alas a un soñador... un demonio podría tomar su lugar.

Nunca juegues con la verdad ni tú que estás ahora ni tú que ya has pasado, yo no ladro y por eso muerdo... yo no dudaré en matar... la vida te dirá si miento. No me dejes tomar la decisión de herirte, no me provoques o lo vas a lamentar. No me digas que soy tu vida, no te pertenezco, no soy tuyo...

Mi llave, vuela por algún lugar.

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