Este mensaje no es por mí, ni por ti, ni por aquel:
Es por ella.
Frente a mi silla de cada día, desde el vidrio puedo verla desde hace semanas. Llegó a trabajar al dejar el sitio una chiquilla mamona que no aguanto ni una semana (y lo entiendo, ese trabajo es verdaderamente angustiante desde mi punto de vista). Ella es una señora, lo que la diferencia de todas las demás jovenes que han atendido ese puesto de wafles. Ella llega puntualmente y por las tardes a veces yace sola mirando el paso de la gente pero en algún momento llega su niña (como de unos 6 años) y se la pasan juntas el resto del día.
Verla me parte el alma, te soy bien franco. Ella, que necesita de un ingreso mínimo para ayudarse, que está haciendo el gran esfuerzo emocional de permanecer tranquila en un trabajo que tiene horas muertas a morir y que ella se ve ahí, atrapada en ese cubito central en medio de un largo pasillo sin poderse mover ni desatender el local (asi no haya gente) a menos que sea absolutamente necesario.
Ella, a diferencia de todas las demás, ha demostrado alegría de tener un trabajo, ha demostrado que pese a la adversidad para ella es una oportunidad y la acepta con gusto, sin remilgar o por lo menos aparentarlo. Es curioso, hablar con ella nos llevo mucho tiempo, pero de repente empezamos a ver a la niña ir por cambio con nosotros y de repente hacia una semana ella me toco por el vidrio y me pregunto si podía yo cambiarle un billete. Ella tiene unos ojos que reflejan una sola cosa: amor. Y no el amor a su trabajo o quiza su marido o a la vida, es el amor a ese ser a quien defiende y te juro (y yo nunca juro) que se le lee en los ojos!
Verla me da miedo, su amor, su forma de defenderlo y de entregarse me da mucho miedo; es tanto amor, es tanto esfuerzo, es tanto cansancio y ella no duda. Me da miedo...
Pero cuando la tengo enfrente nunca dudo, para mí si ella me pide dinero prestado yo no dudo. Yo soy un pobre diablo que aun tiene miles de oportunidades y de opciones y ella es una persona de esas que me hacen seguir adelante, de esas a quienes me esfuerzo en defender como sea que pueda. No dudo en sonreirle, no dudo en bajar mi tono de voz cuando muchas veces estoy enojado o quiero estar solo. Su sola presencia me mueve, me cimbra y es porque verla me hace querer llorar, verle el amor en los ojos me parte el alma en más pedazos que es bien difícil pegar, pero aún así, no dudo.
Yo no sé porque siento tanto las cosas, de verdad esto es angustiante, doloroso; pero ¿sabes una cosa? Gracias a lo mucho que siento (controlado e incontrolado) he logrado expresarme mediante las líneas y he encontrado en mí mismo una fuente vasta de sentimientos que quiero transmitir a los demás.
Pero el punto no soy yo.
Hablo acerca de "como siento muchas cosas" pues el viernes pasado yo llegué a trabajar y no la vi. ¿Y eso que tiene de raro? podrías decirme... nada realmente, digo, finalmente pudo haberse dado un inconveniente que e impidiera ir o podría haber enfermado. El punto es que no verla me angustió, ella no habría dejado de venir por cualquier razón (¿porque lo tengo claro? quizá por haber visto sus ojos y su actuar). Pregunté si la habian visto y nadie supo decirme nada, pero yo seguía angustiado, temí que la hubiesen despedido y me dolió pensar que algo malo estuviera pasando con ella y que tanto para si misma como para su niña fuera un momento complicado.
Digo, quizás no debería preocuparme, finalmente no es nada mío ni soy alguien que la conozca suficiente, pero algo en ella habla de amor y para mí el que ama merece un respeto, un respeto inmenso a su forma de verlo, de afrontarlo, de vivirlo y de manifestarlo. El que ama sabe que el sentimiento tiene extremos, que te sube al cielo o te baja al mismísimo infierno y para mí quienes aman son personas que no puedo dejar, que procuro defender, porque considero que los sentimientos pueden causarle a uno los mejores recuerdos y tambíén las heridas mas profundas.
Es durísimo expresarme a este respecto, porque no hay ley ni brújula que nos indique que es lo correcto a este respecto, pero finalmente mi intranquilidad apelaba al corazón y mi angustia era no poder hacer absolutamente nada por ayudarle si algo malo estuviera pasando.
No la vi el sábado, no la vi el domingo. "quizás si perdió el trabajo" pensé, pero esperé verla, sin dudar. Yo queria verla y algo en mí me decía que pasaría...
Hoy la vi. Al llegar a trabajar ahí estaba y me puse contento, pero el gusto me duró muy poco pues de repente la observé y se veía triste, abatida. Me tomó varias horas (y mucho coraje) acercarme a preguntarle algo y fue tristísimo ese momento.
Le dije que no la había visto en varios días y que tanto mi compañera (y amiga) Cinthia como yo estabamos preocupados por si algo le habia pasado. Ella me miró sin cambiar ni un poco su semblante y me contestó el porque de su ausencia. No le escuche y tuve que preguntarle ¿cómo dijo? y entonces fuerte y claro mencionó: Es que falleció mi madre.
En ese momento simplemente no supe que decir, por dentro me derrumbo y tuve que mantener un semblante tranquilo pues ella estaba tan frágil que cualquier cosa la quebraría. Me dijo que no tenía ningún ánimo y que se encontraba bastante afectada, yo simplemente pude decirle que si necesitaba algo no dudara en acercase a nosotros y entonces regresé a mi trabajo (no le di ni el pesame, no sabía como, de verdad)
Esta devastada.
Fue terrible para mi voltear el resto de la tarde para verla a punto de quebrarse, con la mirada perdida en lugares que son recuerdo y en una imagen que ya no existe. Tuve que voltear hacia otros lados, buscarme cosas que hacer, encontrarme ocupado el resto del tiempo para no pensar, porque ella sí que está pasando por el verdadero dolor, el intenso, el de la verdadera perdida y no mis problemitas pendejos que sólo requieren de tiempo y paciencia para poder solucionarse. Me sentí un nada, un pendejo, que mientras creía que su sufrir ya era duro de repente se vio enfrentado al verdadero dolor, al verdadero golpe que deja al desaparecer un ente vivo del amor.
No vine a escribir para sentirme mejor, vine a contarte de ella porque creo que el mundo merece saber que ella existe (igual como planeo hablarte de más gente después) y saber que hay gente que necesita mucho de nosotros, que necesita que abramos puertas y rompamos barreras. Gente que sin esperar que les ayudemos necesita desesperadamente de nuestro abrazo y nuestro cariño, para no desistir de creer, para no dejarse morir y perder sus sueños.
Los sueños y el amor son demasiado valiosos para cambiarlos por cualquier cosa, por muy importante que esta sea, y yo sé que no soy experto en verlo ni en practicarlo muchas veces. Sé que soy un humano común y corriente, un cualquiera. Pero a la vez no soy como todos y tengo claro que mis manos y mi don tiene como objetivo defender los sueños de muchos más, impulsarles, hacerlos pensar. Mi objetivo es brindar un poco de alivio a su corazón, porque no estamos solos y nadie se merece pasar por tanto dolor y no ser visto ni apoyado.
Y simplemente porque no resisto ver sufrir, por eso me sigo esforzando, porque así como ella muchos se sienten terriblemente mal ahora, muchos están desistiendo, muchos se están extravíando y no puedo quedarme sin hacer nada...
Créeme que no puedo olvidarla y espero que este mensaje se transmita y que esa energía vuele a ella para ayudarle a enfrentar este doloroso momento.
Yo no la dejaré ahí...
simplemente no puedo.
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