Creo en el hombre,
de Ángela Figuera Aymerich.
Porque nací y parí con sangre y llanto;
porque de sangre y llanto soy y somos,
porque entre sangre y llanto canto y canta,
creo en el hombre.
Porque camina erguido por la tierra
llevando un cielo cruel sobre la frente
y el plomo del pecado en las rodillas,
creo en el hombre.
Porque ara y siembra sin comer el fruto
y forja el hierro con el hambre al lado
y bebe un vino que el sudor fermenta,
creo en el hombre.
Porque se ríe a diario entre los lobos
y abre ventanas para ver los pinos
y cruza el fuego y pisa los glaciares,
creo en el hombre.
Porque se arroja al agua más profunda
para extraer un naúfrago, una perla,
un sueño, una verdad, un pez dorado,
creo en el hombre.
Porque sus manos torpes y mortales
saben acariciar una mejilla,
tocar el violín, mover la pluma,
coger un pajarillo sin que muera,
creo en el hombre.
Porque apoyó sus alas en el viento,
porque estampó en la luna su mensaje
porque gobierna el número y el átomo,
creo en el hombre.
Porque conserva un cajón secreto
una ramita, un rizo, una peonza
y un corazón de dulce sus letras,
creo en el hombre.
Porque se acuesta y duerme bajo el rayo
y ama y engendra al borde de la muerte
y alza a su hijo sobre los escombros
y cada noche espera que amanezca,
creo en el hombre.
1 comentario:
adorado como siempre y apoyado en una piedra literaria.
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