Tras el crepúsculo sobreviene aquel instante,
donde el verso y las escenas se entretejen una a una,
y pasa el cuerpo de vibrar a la luz del sol,
a brillar con una luz interna, en color neon.
Disfruto los transportes nocturnos,
a veces, desearía que no fueran tan largos los tiempos,
para poder desplazarme a través de la noche,
con mis alas abiertas y mis pies lejos del suelo.
Pasearme a través de la ciudad me fascina,
soy amante de la tecnología y de las ciudades,
sin querer, soy de los que entre arquitectura y gente ve poesía,
A veces tengo miedo de que sea el único que puede verlo.
Si me subo a mi transporte que me conduce sobre la gran avenidad,
soy feliz con el simple hecho de mirar por la ventana,
y observo escenas y paisajes que mi mente me recuerda,
saludo y lloro en silencio por voces que hoy me parecen lejanas.
El color de mi alma brilla en un halo nocturno,
a la velocidad del rayo, las noches de ciudad son un destello de universo,
colmado de luces, de claros, de oscuros,
irradiando mi azul profundo me conduzco navegando...
En el mar de las almas vibrantes,
de sueños nuevos, sueños perdidos, sueños alucinantes,
voy creando historias y tejiendo pequeños rezos,
en favor de un mañana que nos traiga un "algo más"
Hay quien piensa que me engaño,
buscando noche a noche luces de color neon,
y que la cantidad de tonos y colores que he acumulado,
es sólo un capricho de mi corazón.
Si mi corazón no cabe, ¿A quién debe importarle?
Busco mi alma por la noche, brilla su color de un hermoso cual la Luna,
Uso yo mi llave, que abre puertas, que cierra ciclos,
para colmarme el corazón de recuerdos y enseñanzas.
Y en entre flashes, un instante me atraviesa,
un rayo, una frase, una mirada,
que me provoca a seguir el curso de la fuente,
busco el origen con que brilla el alma.
Así atesoro mis recuerdos,
mis instantes, mis sueños que ni yo sabía,
y trepado en mi transporte,
puedo viajar tan lejos que puedo tocar mis recuerdos y revivirlos.
En un instante,
un halo de luz me conduce del presente al tunel del tiempo,
de lo que fue, de lo que soy, de lo que está y lo que seré,
Un viajante neon, a través de la noche.
Mi canto nocturno es la forma en que mi alma reza,
en mi soledad, jamás me olvido de seguir amando,
a la inmensidad de un universo que hace millones de años,
nos otorgó el don único de sentir amor.
Y tu tono se hace claro,
tu color va conformando tu rostro,
y tu brillo, radiante y refulgente,
provoca a mi alma un estrujo, una falta de aire y muchas ganas de llorar.
Viajando,
a través de miles de años,
es un don divino,
que te pueda ver brillar.
El alma que me atrapa tiene un brillo refulgente y especial
su tono es de un alma de color neón,
único, irrepetible, me motiva a la vez que da nostalgia,
es el color de almas cuya experiencia se hace estable en su color.
Por eso voy navegando entre la noche,
sentado a la ventana de cualquier camión,
disfrutando del placer de sintonizar mi alma,
en esta búsqueda por otro, de color neón.
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