Caminaba por un valle cuando me percaté que comenzó la primavera. "¡Vaya! ¡Aún en el ensueño las estaciones respetan su ciclo!" me quedé pensando. Me senté en una roca que servía perfecto como un mirador del horizonte. Desde ahí, yo meditaba en la belleza a mi alrededor.
Podía ver el camino de ladrillos por el que he venido andando, podía ver cómo rodeaba un gran lago que alimentaba la vida entera de este valle y que quedaba justo enfrente de mí al sentarme ante la roca. A la distancia, las montañas parecían una pintura al óleo, una fantasía sincronizada con la belleza de un cielo azul con pocas nubes.
Los árboles en esta parte del camino eran pocos, pero en el resto del horizonte se elevaban vastos e inmensos. Es cómo si el paisaje invitara a ser visto, contemplado. Cómo si hubiese estado esperando en un acomodo perfecto una visita que pudiera amarlo.
Y así lo hice... guardándolo en mi memoria.
Tan solo respirar, pude sentir un aire que no es el aire de la ciudad. Su frescura es tal que sientes que limpia tu alma. Entonces, sintiendo al incesante Sol rozar mi piel, cerré los ojos y la belleza no desapareció, pude seguirla viendo a ojos cerrados.
Así, en el día internacional de la poesía, me fue regalado un mensaje que quedó escrito en el libro... un tributo a todos aquellos que han encontrado los paisajes que se dibujan dónde los demás no ven nada. Porqué por el poeta soy y siento, porqué ante la naturaleza y la belleza de las letras: yo me rindo.
Espero que este breve poema mueva todo el paisaje que vean al cerrar sus ojos.
Luis )|( Astro.
"REVELACIÓN DEL ÉXTASIS
AMOR puso sus manos -pasmo y fuego-
sobre nosotros. Hemos encontrado
nuestro divino centro
para girar, eternos, vivos, astros...
No, no existe la muerte. Somos vida."
Poema de Angela Figuera Aymerich
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