19 diciembre 2006

Una R Azul.


Quizá, si no te quisiera, te habría dejado idealizarme del modo que lo hiciste. Quizá, si no me hubiera importado, habria dejado que me amaras con esa locura insana pues finalmente yo quedaba satisfecho.
Pero yo te quise libre, yo te quise sano, yo te quise tanto...
Yo te quise y yo te quiero...
Me trepaste al pedestal que 100 cabrones buscaban como perros y yo mismo me baje por mi propio pie de la cima donde me trepaste. ¿De que me sirve llegar allá arriba si no pude ver el camino que me llevó a conquistarte? ¿De que vale un amor que vino fácil?
Hace tiempo, con sangré pague el precio de ese error, sin corazón fui malherido pero también fui advertido: corres peligro si no miras, corres peligro si no eres prudente, porque el amor no es cosa de un sólo día, el amor permanece, a través del tiempo.
Un aroma que atrapa el viento,
una luz que detiene el tiempo,
una sonrisa que hace menos intenso este frío,
la satisfacción que queda aún habiendose ido.
Y cuando mi yo real te dijo: cuida de ti mismo, mi yo ideal cayo al suelo y se hizo trizas, porque nunca cuadro la idea que yo te di en una cajita con la idea que tú habías creado de mí mismo.
Y si no puedo respirar ¿tu respirarías por mí?
y si no puedo pensar por mí mismo, ¿qué quedará de mí?
No puedo vivir así,
por eso se te acabó el amor...
Porque ni siquiera era tal, fue un destello de luz. Y siéntete bien: un destello de luz es buen indicio. La vida sigue su curso y la enseñanza ya ha empezado. No hay maestro como la experiencia, no hay mejor título que vivir tu propia vida.
No te culpo, no te guardo coraje ni rencor, sí, me dolió, pero yo ya pasé por ello antes. Yo sé que me costará mirarte, yo sé que me costara no sentir cuanto te quiero, pero prefiero quererte sano y disfrutando realmente tu camino, que atado a la cerca a la que yo hubiera podido atarte.
No soy tan mierda como parecí cuando fui duro ¿acaso era tan difícil verlo?
Que tu amor sea real,
no sólo un suspiro,
y que nunca me olvides,
porque te olvidarías a ti mismo.
Permanece inquieta mi alma, por el camino que me aguarda. Pero no tengo miedo porque yo me sé conducir en mi aventura. Aprenderé a patinar en hielo, aprenderé a sacarme a mí mismo adelante, aprenderé a mirar mucho (pero mucho) al cielo, hasta saber donde más he de encontrarme.
De azul se tiñe la ventana,
la mañana vino fría, esta empañado hasta el reflejo,
sutilmente se dibujan los fractales,
uno no puede evitar vivir la vida.
No me olvides,
nunca me olvides,
porque un destello de luz,
siempre es señal de un camino.
No eras mío,
descubré cual estrella es tu hogar,
yo sé cual es el mío,
por eso yo sigo andando...
*fotografía: By Quemas

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