Todo comenzó en el punto de la media noche. Mi cumpleaños comenzaba y ya tenía mi primer regalo, el más esperado, el más temido y desafortunadamente en ese momento no pude admirarlo como habría deseado.
Era un mensaje a mi teléfono celular, deseándome los mejores deseos. No es la cantidad de palabras lo que fue importante, fue el instante, fue el momento.
Porque como siempre: fuiste el primero.
Dos minutos después, llegó mi Fer, mi secreto mejor guardado, deseándome un feliz cumpleaños y abrazándome aún desde tan lejos. Fer me depararía una de las sorpresas más grandes de mi día (y de mi vida) al llegar esa tarde a mi casa un paquete con la primer temporada de mi nueva serie favorita (que "alguien" sabe exactamente cual es). Fer: neta! No tienes idea de lo mucho que significa para mí el que yo te importe, eres la prueba viviente de lo que el "alguien" me dijo alguna vez: me gusta ver que la gente disfrute quien eres.
Algunos abrazos más via msn, un abrazo de mi chuck y por ende del Justin neoyorkino, quien es el Señor de Astro aunque no quiera, porque en verdad que me apendeja ver las fotos del gringow...
Entonces empezó mi regalo propio, escribí como pocas veces he escrito. Alimenté mi santuario con pasajes de su parte viva y no descanse hasta ver cada uno de esos sueños ahí plantado, disponible para el mundo. Me faltaron muchas cosas, pero en verdad me caía de sueño y yo tenía que trabajar ese día, así que tuve que irme a dormir.
Eran casí las 7 de la mañana cuando fui a dormir ese día.
Yo nací a las 9 y media de la mañana de un 19 de Diciembre de hace 25 años y mi madre fue la siguiente en recordar el día. Me desperto casi a medio día, con un jugo en mano y cantándome frente a mi cama.
Que diferente al día que desfallecía frente a mi cama! que placer y gusto verla conmigo y con vida!
Ella oficialmente fue la primera en verme con 25 años y celebrarlo, porque ella recuerda exactamente como era yo aquel día. Recuerda que hubo unos quince años de una prima la noche anterior y que yo fui la gran sorpresa de aquel 19 de Diciembre.
Pase el resto de mi mañana con ella, y a la una y media de la tarde vino el regalo de mi Ozkar.
En Veracruz, este 19 de Diciembre, un comunicólogo que adoro tomó segundos de su sección radial para hablar de AstroJr, me felicitó via radio y tuvo que fingir que yo era un gan fan de semejante programa! reí a carcajadas y le agradecí el gran detalle. AstroJr ha llegado más lejos de lo que él mismo imaginó.
Me vestí formal. Zapatos, camisa y panto de vestir. Apenas tuve tiempo de rasurarme y salir corriendo a trabajar. La camisa la eligió mi ex, quien me había botado dos días antes de cumplir años. La compramos cuando fuimos a la boda de mi tío y yo quise que él me ayudara a elegirla. Quise vestir ese recuerdo ese día, quise vestirme con la vivencia del instante que para él yo fui todo, quise celebrar el haberle conocido, toda la enseñanza que me había dejado y también, porque no decirlo, el dolor y la tristeza que también sentía.
Antes de salir, cuando me puse la camisa, el teléfono sonó.
Era él...
Nada tengo que decir de esa llamada, sólo corroboré lo que yo ya sabía y aún así me alegró ese gesto, me alegró ver que aún sin decirme "feliz cumpleaños" no lo dejó pasar.
Total... Yo lo quiero libre, aunque eso signifique no estar conmigo.
Llegué a trabajar, me esperaba el corazón vibrante de cinthia, un abrazo lleno de calor y un kiss gigante me esperaban y sin querer recordé a Cedric, mi pequeño hijo de un año.
Pase el día parte con cinthia y parte solo, trajando con mi gran sonrisa que nadie pudo robarme. Esperé la llegada de mamá por la noche para irnos a cenar y disfrute de la compañía desconocida y de la soledad completa.
Porque con o sin estoy conmigo y es lo que debe importar.
Una felicitación más, de mi jefe y jefa esa noche y después pude irme con mi mamá a celebrar el AstroJr's day a Chilis. Desde que abrió la plaza hace dos semanas tuve claro que quería comer en él, porque disfruto mucho del lugar y de ese pinche elotito que te dan con tus costillas.
Tomamos asiento, disfrutamos de nuestra familia (ella y yo), tomé una cerveza deliciosa con mi comida y tomé consciencia de que es la primera vez en mi vida que acompaño una comida con cerveza (yo siempre tomo coca con todo).
La cerveza me supo delicioso, no me importa que fuera la emoción, sabía delicioso.
Entonces, casí cuando ya me iba del lugar, los meseros llegaron a cantarme sus mañanitas a la mesa! bailaron conmigo e hicimos el ridículo juntos y a carcajadas. Me sentía estúpidamente contento, feliz de disfrutar aquello clásico de restaurantes.
El día estaba por terminar cuando iba de regreso a casa y de repente fue con unas mañanitas que el día llegó a feliz término, mañanitas que esperaban ser cantadas sólo al final del día, que esperaron porque existió la seguridad de que ese día nada podría arruinarlo y así fue.
Al llegar a casa, una temporada en DVD ya me esperaba...
y 25 años ahora me acompañan.
Gracias! a todos! por cada minuto de cada día de ellos.
Luis.
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