Enséñame a volar,
dime como hago para irme contigo,
dame algún polvito, una señal,
contaré hasta tres si con eso lo puedo lograr.
Déjame ir contigo,
Déjame ser tu pulsera o un cuaderno,
déjame ser una tecla constante en el piano,
déjame ir contigo.
Enséñame a sufrir por ti,
a necesitarte tanto que me duela,
a no requerir de ningun otro cuerpo, aunque pueda,
dejame llorar por ti bebe.
Enséñame a tocar las notas de los árboles,
de las personas, de los perros,
a ver la música que llevan dentro,
porque yo les daré palabras.
Enséñame y enséñame mil cosas,
yo las convertiré en versos,
que creen historias, que sean tu poesía,
yo te convertiré en mil hojas.
Y yo seré el escriba de tu biblia,
que sea testimonio de ti día con día,
déjame escribir tu vida junto a la mía,
se tú la tinta de todos mis días.
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