14 junio 2010

Identity Rhyme.



A los 17 años, 
enamorado como el niño que siempre he sido, 
empecé una aventura que, igoraba, 
es pilar de mi identidad...

Escribía... sólo llegaba a la preparatoria, 
abría un cuarderno y escribía... 
dejaba mi mente flotar, 
elevarse mas allá de los recuerdos...


Recordaba cuando niño, 
cuando aprendí a leer casi sin esfuerzo, 
cuando las letras me revelaban cosas, 
cuando empecé a sentirme feliz...

Al leer, mi imaginación me dejaba construir todo! 
De barcos, castillos, héroes, poderes... 
de un amor, un dolor, una canción... 
un sabor...


Y la imaginación, 
qué siempre vuela libre entre el mar del tiempo, 
me mostró que una semilla daba ramas al árbol, 
un átomo es el universo.

Que nos crece por dentro como hojas en ramas, 
pensamientos que flotan y marchan 
hacia confines que guía el aparente destino... 
el camino.


Así, escribí y escribí... 
ignorando que sólo empecé algo 
que ya había decidido antes sin saberlo, 
cuando una pluma se volvió mi cetro.

Una pluma sostenía en mi mano de niño, 
con ella imaginaba, jugaba, soñaba... 
era lo mismo un rayo que una puerta, 
un hombre que un bastón.


Así, el poeta ya estaba en mí, 
despertando de su sueño, 
dando significado a las líneas y los hechos, 
a las figuras y los secretos.

Yo no acostumbro leer poesía, 
acostumbro vivirla, 
siempre mirando profundo, 
siempre abstraído en atesorar lo que es bello.

Acostumbro la herida que sangra, 
la mancha que oscurece, 
la fe que es como agua 
y que transforma el fuego en luz de Luna. 

Acostumbro sufrir como pocos, 
intentar lo imposible, creer en ilusiones... 
darme ese lujo del que habla Pita Amor:
perder una ilusión al día.

Y transformarme: 
aprender lo que sirve, 
lo que duele, lo que mancha, lo que brilla, 
lo opaco, lo que es aún verde, lo que está podrido. 

Así, acumulados a través de los años, 
mis letras dan identidad a mi piel, 
señalan el contorno de mi cara 
y reflejan lo que veo y siento.

Son mi virtud mas preciada, 
mi talento más guardado, 
mi pasión enfocada 
y mi sueño desbordado... 

Son mis lágrimas en letra, 
mi locura compartida, 
una soledad que grita... 
porque soy un ser de sueños que cuando mira, busca lo bello.

De la vida que sólo es una, 
entre la desgracia y la gran fortuna, 
entre diferencias y definiciones, 
del dolor que es el amor, cielo e infierno.

Dolores que duelen del gusto, 
de la aventura que despiertan las pasiones, 
porque la vida es una exagerada 
que entrega todo a cambio de nada.

Así, 
la contemplo y la atesoro, 
no sea que un día alguien necesite acordarse de quien es... 
tanto como yo siempre lo he buscado hasta saber.

Saber que somos un río, 
un momento, un beso, un pensamiento, 
una novela o una caricatura, 
somos todos Estrellas, Soles y la Luna.

Pero sobre todo un árbol, 
una semilla da miles de hojas de recuerdo, 
que nacen y mueren, esa es la vida: 
El ciclo que ocurre día con día. 




 

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