18 abril 2007

Ida y llegada...


Tenía miedo, de mis fantasmas y las sombras que me acechaban. Mi recuerdo, transformado en una tormenta, me tenía cegado, apagado, distante del mundo.


Caminaba a la orilla de los mundos, sin reconocer donde estaba ni como dejé de estar en donde yo quería, buscaba razones, buscaba verdades, encontrar una respuesta que me indicase cual fue mi error esta vez.


Y sin buscar ni pretender llegaste tú, el viento y rocío que fue capaz de lavar mi corazón y mi alma. Bailaste en mi cuerpo, con gotas de amor puro y extractos de sueños que había olvidado.


Sólo el amor puro fue capaz de llevarse a los fantasmas de mi alma, puro y sin malicia ni intención. Ese amor hizo nacer una flor pequeña, indefensa, que para hacer crecer necesita de esfuerzo, constancia y confianza.


Rondaba descalzo un paraje donde me sentía ahora indigno, caminaba preguntándome si realmente nunca encontraría un hogar. Yo mismo continuaba atormentándome en las interminables preguntas y tú simplemente me miraste y viste quien era...


Yo que me quería esconder, fui alcanzado por el futuro.


No me dieron tiempo de esperar, no me dieron más tiempo de buscar razones, la vida me esperaba al otro lado de ese gran campo oscuro y sombrío y tú me devolviste al camino, me regresaste a mi vida.


Compartiste conmigo un universo tan vasto en un sólo segundo que la secuelas de ese impacto se hicieron visibles en el mundo real. Tan fuerte ha sido el golpe de la vida que sigue andando que hoy nos encontramos enfrentando de nuevo batallas, buscando la forma de resolver los nuevos retos.


Ayer parece tan lejano y en realidad es apenas un suspiro. La vida probó que no se busca sustituir lo vivido sino trascender de lo aprendido.


Una nueva oportunidad de vivir y de creer nació de frente, la prueba viviente de que la vida por algo nos llevó a seguir andando.


Si nada de lo que pasó hubiese pasado, yo no habría encontrado el maravilloso significado de ese momento.


Y las cosas pasan por algo, ¿no crees?


Puse enfrente todo lo que soy, mis defectos y mis sueños, mi dolor y mi alegría, pusé enfrente la respuesta honesta y a cambio me fue otorgado el gran regalo de la libertad. Fui lavado y reconstruído para volver a empezar, para demostrar que no fue en vano y que esta era la razón...


y de todo esto: yo nada sabía.


Que maravillosa puede ser la vida.


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