15 octubre 2008

Ricos y Pobres (Blog Action Day 2008)


Esta es una historia personal. Es mi forma de contribuir junto con muchísimas personas al blog action day 2008 cuya temática de este año es: La pobreza. Este tópico puede ser abordado de cualquier forma según sea la temática que lleve tu blog y en mi caso he decidido contar una historia, esperando sea de tu agrado. Sin más! te dejo con un pensamiento sobre la pobreza, a través de un recuerdo muy querido para mi:

Mi primer trabajo fue cuando tenía 17 años.

Me encontraba estancado por una huelga que duró 10 meses en la Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM-, por allá del año 2000 y aunque esa es muy buena harina para mi tema de hoy es harina de otro costal. Fue en ese periodo de huelga cuando consigo mi primer empleo: empleado general de tiempo completo en una tienda mini super de una estación de Gasolina... no tengo que explicar que "ese" no era el empleo de mis sueños, ¿verdad?

La paga era poca, el tiempo era mucho (horario de 12 horas 6 días a la semana) y duré en el empleo un escaso mes: así de gacho!

Pero hay un hecho que hace que este primer empleo -aunque fuera tan corto debido a mis ganas adolescentes de seguir perdiendo el tiempo de una forma que no fuera limpiando una tienda- sea muy simbólico en mi vida y justamente esa es la historia que quiero contarte:

La Gasolinera donde trabajaba era muy muy grande, disponía de 2 tiendas minisuper, un lavado de autos, estaciones de diesel y un estacionamiento propio para trailers al fondo de la estación. Era ahí, al fondo, donde vivía una señora ya grande de edad y extremadamente pobre que vivía de juntar latitas y cartones más la evidente ayuda de muchas de las personas de la estación. Su casa era una acumulación de cartones y objetos apilados y tenía apenas donde dormir y unas pocas cuantas cosas.

No te menciono su nombre porque nunca lo supe: ella era sordomuda. La observé la primera vez mientras yo limpiaba vidrios: pasó y sonreía. Cargaba un costal donde iba metiendo las cosas y tenía prohibido entrar a la tienda. al empezar a verla regularmente me tocó encontrarla afuera mientras yo lavaba jergas o cuando descansaba y salía de la tienda un rato. Ahí nos hicimos "amigos", siempre que pasaba le saludaba con la mano, le preguntaba como estaba y aunque sabía que no me oía ella entendía perfectamente mi gesto y contestaba con asentimiento lo que yo interpretaba como "estoy bien", luego sonreía y me agarraba del brazo un momento -lo que yo sentí siempre como un "gracias".

Ella fue la persona con quien pude realizar un sueño que tuve desde que mi padre se fue a estados unidos para trabajar: Yo me prometí a mi mismo que, cuando yo trabajase, regalaría mi primer sueldo entero a una persona pobre. Aunque mi sueño de adolescente no tomaba en cuenta que para cuando trabajara no lo haría sólo por amor al arte sino por el ingreso en sí mismo no fue esa la idea con la que encamine mi acción sino con el pensamiento de que "si mi familia siempre me ha dado tanto, yo puedo dar algo por alguien más".

Quizá era yo un niñazo muy insensato (era??? hahaha) pero no soy capaz de olvidar el día que cobre 200 pesos por 4 días trabajados: Mi cuerpo dolía, llegaba a casa y apenas comía me quedaba dormido para despertar e irme a trabajar otra vez. Yo me quejaba constantemente y me la pasaba muy triste la mayor parte del tiempo, sin poder entablar conversaciones que no fueran estupideces o cosas laborales pero cuando ella pasaba: yo era feliz. Ese día salí de la tienda a lavar jergas cuando la encontré. Llevaba yo los 200 pesos en la bolsa pero, admito, tuve que pensar en mis pasajes y que me quedaría sin nada si le daba todo.

Le llamé y sonriente llegó ella frente a mí... entonces saqué 100 pesos envueltos en mi puño, abri su mano y puse el billete dentro. Al verlo ella casi se puso a llorar y no paró de abrazarme y de tratar de devolvérmelos. Yo me negué rotundamente a recibirlos de vuelta y mediante señas le dije repetidas veces: es para ti.

Al ver su cara me quedó claro: no era la cantidad lo que importaba más, era el hecho lo que importaba más. No creas amistades o conoces gente por los beneficios que ellos puedan darte, creas vinculo porque las personas en sí mismas son importantes -aunque sea sólo un momento el que estén en tu vida-. Sé que esos 100 pesos hicieron más llevadero aquel momento para ella y confío que en el mejor de los casos habrán servido para su alimento, no lo sé en realidad, pero me complace saber que se sintió apoyada, que ese fue el hecho que más le importaba porque como los mejores amigos: no necesitaba nada que no fuera yo mismo.

Nunca volví a verla después de que salí de esa Gasolinera más que una única vez que pase mientras yo iba a la escuela (mucho tiempo después) y ahí estaba ella: aún caminando, aun juntando latas. Me sentí contento porque recordaba sus ojos, unos ojos que sabían decir palabras que los de muchos no saben y una sonrisa que es honesta, que no se esconde detrás de esa falsa seguridad que da el dinero. Pueda ser que ella no tenga todo lo que yo u otras personas ha tenido pero al ver sus ojos podía leerse una sabiduría y una vida única que no creo que ningún Dios sea capaz de ignorar. Pueda ser que ella sea pobre, muy pobre... pero pueda ser también que ella sea la rica, tan inmensamente rica que ni el hambre ni la carencia pueden apagar una mirada que no es triste: es sólo alegría. Alegría de estar vivos, alegría de hacer esfuerzo, de ser útiles, de representar algo para alguien. De dar, sólo saber dar cuando ella nada tiene. Neta: Eso no se encuentra todos los días.

Creo que somos pobres, que habemos muchísimos pobres. No por la falta de alimento nada más, ni de trabajo, habemos muchos pobres de espíritu. Creo que personas como ella enseñan lo que el amor en verdad significa, lo que en realidad es importante más allá de nuestros materialismos e individualidades de vida moderna.

La gente pobre es la que no tiene capacidad alguna de dar nada. No tiene ética, valores ni voluntad de dar algo positivo. La gente realmente rica da, entrega y nada más. La gente rica te sonríe, la gente rica te impulsa y te hace fuerte... y sí... quizá haya quienes tienen más y quienes tienen menos dinero (si quieren que hable de "esa" pobreza) pero no es con dinero que se mide el valor de alguien: ese valor lo observas en la ventana a su corazón.

Donde estés: Gracias! porque el pobre era yo y la rica eras tú. Gracias por dejarme sentir tu corazón.

Astro.



2 comentarios:

Alejandro de Andúnië dijo...

Simplemente conmovedor, tienes el don man!

m@®is@ dijo...

Querido Astro,

Hoy yo doy gracias porque en algún momento me topé con tu blog y porque algo me hizo seguir leyéndote.
Hoy has vuelto a tocar mi corazón y a hacerme llorar de emoción.
GRACIAS.