Comprendo la fuerza de mis decisiones,
De esa esencia proviene mi vida,
Busco el brillo y el instante que duran siempre,
Porqué sé que está vivo, en algún lugar del mundo.
Me pregunto como estás,
Si tienes frío, calor, sueño o hambre,
No me pregunto si piensas en mí (aunque me importe)
Me basta saber que yo pienso en ti.
Cuido de tus pensamientos con los míos,
A sabiendas de que yo no controlo su destino,
Simplemente doy, con la capacidad que me es posible dar,
Desbordo mi limite como una miel que mientras te cubre, me cura.
Me enseño las bondades de sentirme libre,
Simplemente dejando volar un beso,
Si, deseando verte, tocarte, abrazarte, sonreírte,
Soy feliz: Puedo sentirte y quererte sin necesidad de todo eso.
Soy un capricho, una gran demanda,
Una tormenta, en una pistola: una bala,
Sé complicar lo que en esencia es sencillo,
Precisamente porque así de sencillo es el alimento del alma.
Toma tus decisiones,
Que aún cuando pueda salir herido,
No te apartaré de mi pensamiento,
Donde estés, en cualquier lugar del mundo.
No traicionaré mi forma de hacer las cosas,
Respeto, solemnemente, el canto que dice tu nombre,
Esta es la fuerza de mis decisiones,
La fuerza que me da vida.
Ten la fuerza necesaria, crée, confía,
Tú y sólo tú determinarás tu rumbo,
Aquí me encontrarás, de noche, de día,
Cuidando de ti, en cualquier lugar del mundo.
De esa esencia proviene mi vida,
Busco el brillo y el instante que duran siempre,
Porqué sé que está vivo, en algún lugar del mundo.
Me pregunto como estás,
Si tienes frío, calor, sueño o hambre,
No me pregunto si piensas en mí (aunque me importe)
Me basta saber que yo pienso en ti.
Cuido de tus pensamientos con los míos,
A sabiendas de que yo no controlo su destino,
Simplemente doy, con la capacidad que me es posible dar,
Desbordo mi limite como una miel que mientras te cubre, me cura.
Me enseño las bondades de sentirme libre,
Simplemente dejando volar un beso,
Si, deseando verte, tocarte, abrazarte, sonreírte,
Soy feliz: Puedo sentirte y quererte sin necesidad de todo eso.
Soy un capricho, una gran demanda,
Una tormenta, en una pistola: una bala,
Sé complicar lo que en esencia es sencillo,
Precisamente porque así de sencillo es el alimento del alma.
Toma tus decisiones,
Que aún cuando pueda salir herido,
No te apartaré de mi pensamiento,
Donde estés, en cualquier lugar del mundo.
No traicionaré mi forma de hacer las cosas,
Respeto, solemnemente, el canto que dice tu nombre,
Esta es la fuerza de mis decisiones,
La fuerza que me da vida.
Ten la fuerza necesaria, crée, confía,
Tú y sólo tú determinarás tu rumbo,
Aquí me encontrarás, de noche, de día,
Cuidando de ti, en cualquier lugar del mundo.
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