14 marzo 2007

Memorias...


Una vez, teniendo alrededor de 12 o 13 años, tuve un sueño que me reveló algo que desde entonces consideré "demasiado trascendente".



Cigarro en mano, me pregunto si esa será la manera en que todo terminará, me pregunto si la acumulación de colillas alguna vez me traerá una respuesta positiva a todo lo que voy enfrentando.



Desde luego, sé perfectamente la respuesta y el rasgo mas importante de aquel lejano sueño se ha ido cumpliendo conforme el tiempo ha ido transcurriendo a través de mi piel.



No creo que sea sana la situación, el verme impotente y detenido por razones que yo no busqué.



Me siento un extraño, un ente ajeno de cosas que estan aconteciendo cerca de mí. Me siento un fantasma, vagabundo y errante, que desconoce ahora la ubicación de un bastion donde recuperar lo extraviado.



No es cuestión de odios, no es cuestión de olvido y mucho menos de culpar; la cuestión es enfrentar la responsabilidad, no demeritar su importancia y la trascendencia de los lazos hechos.



Ya decía el viejo y sabio zorro: Eres para siempre responsable de lo que domesticas.



A veces (sí, tú, extraño del tiempo) me pregunto donde estás y cómo lo estarás pasando. Me pregunto si lloras, si ríes o si ya te has vuelto a enamorar.



Muchas noches, sonrío de recodar esos pasajes de aventura que vivímos juntos y me complazco a mí mismo reviviendo la experiencia, encontrando siempre cosas que no sabía pero que mi mente conservó.



Algunas imagenes se han ido borrando, algunos trechos de camino simplemente se me escapan.



Me da miedo olvidar, olvidar el toque de la magia que me llevo a encontrarte y trascender. Me da miedo que como humanos olvidemos que cada paso y cada cosa tienen trascendencia y que nuestras decisiones -por completo- afectan a más de uno en el camino.



Estar, no estar. Puede parecer fácil atravesar el camino de la vida decidiendo por lo que a uno conviene, pero siempre habrá una opción que se dejó atrás, una oportunidad que se tuvó y se vio perdida en algún punto. Aún así continuamos avanzando y todo parece ser "normal" porque el camino no nos habla de las posibilidades que ya no son. Pero siempre existirá la unión entre los seres, la unión que un día conformó un algo que sigue vivo en algún lugar del universo. "El cuerpo tiene memoria" me dijo uno de esos viejos lazos un día y sé que tenía razón.



"El cuerpo tiene memoria" y siempre será sensible a la cercanía de quien supo llegar más allá de tu piel. Cada paso y cada cosa van mostrando que los caminos que tomamos son siempre desconocidos, siempre son decisiones que se toman y jamás existirá certeza alguna de que fue lo correcto o no, pero, defintivamente uno procura tomar la decisión propia, la que ha considerado pertinente.



No cuestino mi camino, lo he tomado y así he decidido conducirme. No cuestiono sus caminos, finalmente juntos hemos construido un ser completo.



Sin querer, hemos venerado la tradición del sol y hemos abrazado el mundo de los mortales, cuya finalidad es experiencia acumulada a través de las lágrimas y las risas, del dolor y el instante que dura la felicidad.



Ya no me atormenta recordar, ya no me impide vivir el ver atrás, pero entre más cercano sea a mí más difícil es visualizarlo, porque el dolor llega a ser una adicción bastante aleccionadora pero llena de vicios que perpetuan estados que ya no son útiles.



Es necesario sentir y es necesario no evitar que duela lo que sientas, porque todo lo que trae beneficios a uno siempre está encarando las cosas, haciendo frente a la realidad. No se puede vivir colgado de favores, no se puede vivir facilitando las cosas mediante mentiras o la ausencia de la verdad.



Puede parecer mejor no decir las cosas, evitar el dolor innecesario, pero hay cosas que es necesario saber y cuyo dolor será la semilla de un bien mejor al que pudieras ofrecer al tatar de evitar una pena: la enseñanza.



Si facilitas el camino al mentir, dificultas el camino de más de uno, retrasando por siempre las virtudes en pro de los defectos que siempre hemos tenido. Nunca hemos de mejorar si nos engañamos, si decimos una cosa por evitar explicar aquello que quiza no sea fácil de entender.



No podemos asegurar que sepamos tomar la verdad con filosofía, que uno diga "ah gracias" y todo sea virtud y bonanza pero cada uno debe continuar creciendo desde la raíz, evitando que los trechos difíciles sean lo que defina nuestra actitud propia ante la vida.



Porque es cierto, lo importante es doloroso, pero también fue una gran experiencia, llena de momentos y de pasajes que uno no olvidará. Perpetuar un odio sólo atormenta a quien lo siente mientras el otro continúa avanzando.



Quizá el que se equivoca a perdido mucho, pero también es el que más le queda por ganar. La experiencia, la seguridad de saber cual no era el camino ni la forma. La seguridad de saberse conducir en esos terrenos, la consciencia de quien es y de cuales son los pasos dados.



Todo guerrero debe conocer su arma, debe conocer su fuerza y su capacidad. Siempre aprenderá más cosas y nunca podrá evitar los errores ni todas las injusticias, pero hace frente a ellas en cada amanecer y siempre siempre tiene el deber de hacer valer aquello que más importante para otros lo es para sí mismo.



Sé que habrá quien no esté de acuerdo con aspectos de esto y estaré muy complacido de escuchar las razones, porque como todo: siempre estamos aprendiendo y esta y mil cosas siempre tendrán más elementos para hacerlo trascender.



Quizá no sea fácil que me de a entender muchas veces, quizá requiera de páginas y páginas de tinta para apenas lograr explicar uno de los puntos pero no me oculto y estoy aquí siempre dispuesto a encarar las cosas y todo lo que tengas que saber puedes preguntarlo de frente, yo contestaré.



Pienso que muchas de las cosas que estoy haciendo estan mal, podría estarlas mejorando, podría incluso estar haciendo algo completamente diferente. Pero sé que la razón de que las haga es enseñarme un camino propio, un camino que me dejé la lección y la enseñanza que algo en mí persiste en encontrar. Existe una razón para las cosas y esa razón la conocemos en nosotros mismos aunque no podamos darle a ella palabras.



No te mentiré: no estoy diciendo todo lo que está pasando (y quisiera hacerlo) pero finalmente sé que ya habrá oportunidad de encararlo frente a frente, de que un día te encuentre por ahí y una mirada nos diga todo aquello que quedo pendiente.



Siempre seré ese "alguien" que se unió a ti y que formó ese pedazo de historia que lleva nuestro nombre. Siempre exisitirá ese jardín, esa isla, esa roca y ese cuarto donde solíamos estar. No temas abrir la puerta, desempolva la llave y ríete conmigo, porque al recordarte he recordado que de ti y de mí nació un algo que movió al mundo, un algo que nos trajo tantas cosas grandes y que siempre serán importantes.



Hoy camino, vagabundo, a través de una cueva que me asusta. Parece ser igual a algo pero sé que es diferente. No encuentro paz porque mi mente siempre necesita de seguridad y de respuestas, pero espero paciente el cambio y el giro del tiempo y sé perfectamente que la brisa llegará al salir de esta cueva.



Cuandi niño, nuevamente, solía jugar a algo que ahora llamaría "el laberinto". Consistía en meterme bajo las cobijas por la mañana y enredarme en ellas, entonces abría mis ojos y era como estar en una cueva, donde me imaginaba perdido, buscando una salida. Encontraba personas, encontraba aliádos y buscaba por todos lados la salida, hasta que la encontraba y miraba la luz que me conducía de regreso a mi vida de niño.



Esperé mucho tiempo antes de empezar a construir el mundo que soñé para mí y hoy, que estoy en el camino, me doy cuenta de que nada es fácil ni es regalo en todo esto.



Soy y seré siempre alguien que no te negará la mano (a menos de que definitvamente la hayas perdido) y créeme que aun en las peores circunstancias dudo mucho que no quiera siquiera escucharte. No regateo ni busco regresar el tiempo a cosas que ya no siento, a momentos que no son más ni a sentimientos que se han perdido, simplemente apelo a que todos debemos ser oídos y que siempre es constructivo el ver "que es lo que tienes que decir ahora".



Quien sabe! quizá, aunque nunca exista lo que existió, nazca un algo nuevo en las ruinas de lo que quedó y esa semilla sea el comienzo de algo más enorme, aunque distinto, que valga la pena después de las catastrofes que hayan acontecido.



Porque así como todos queremos que alguien nos disculpe, todos podemos perdonar y seguir andando.



Yo nunca olvido a los que se van...



Y una fantasía siempre recurrente será: el volverlos a ver.



Espero que mi sueño no me impida cumplir con ello y que la vida pueda darme esa oportunidad.



he dicho.

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