28 junio 2008

Andanzas... ( I )


Él tuvo un sueño, donde pudo observar una escena que ignoraba era su futuro, vió tu rostro, dibujado en el medio de una lluvia incesante. La satisfacción irradiaba de tus ojos, su sonrisa una consecuencia inevitable. Ambos bajo una lluvia llena de vida, fresca, pura ¿Cómo le llaman a eso?

Felicidad...

Siendo un infante él soñó su propio futuro. La única ocasión en toda su vida en que fue de esa manera. Descubrió a partir de entonces su don de observar en el camino de lo que Dios ha escrito y fue presa de la gran responsabilidad que conlleva un gran talento. Cicatrices se enumeran junto a todas las veces que observó tragedias que no pudo evitar. Él nunca reparo en que esa fue la primera vez que vio adelante, la primera vez que observó su destino -porque nunca dejo de gritar por su sueño-. Él nunca lo supo hasta esa noche en que todo se cumplió, en que la lluvia comenzó, en que los dos caminaban por la calle sin tomar en cuenta la existencia del tiempo, en completa nulidad de la enfermedad o la tragedia, eran sólo ellos, uno solo, en su andanza por un trayecto que fue largo, pero se ha cumplido.

Lo recordó cuando salieron de aquel café, cuando todo alrededor tomó forma y significó un tiempo cumplido, un sueño presente. Su mente no le dejo recordar que "él ya había visto eso", no le dejo saber que estaba enfrente de lo que siendo niño soñó sin saberlo.

Cuando el corazón cree, cuando el corazón habla, te protege y te escuda llenando de miel lo que te es más sagrado. Sin crueldad alguna su corazón le hizo olvidar, olvidar sin tener que partir, olvidar sin tener que decirle a un sueño que debe irse... simplemente dejarlo ahí, como una fuerza, como un brillo o una llama que no se apaga pero que no se observa, sólo calienta, simplemente se siente y reconforta...

Desde el cielo, los astros sonríeron complacidos ya que en ese momento ganaron una batalla contra las muchas que se han perdido en lo que debió ser el "destino" de todos. Destino no es lo que será de ti, destino es lo que quieres que sea de ti, desde el fondo de tu corazón y que lo encuentras caminando, luchando y cayendo, siguiendo, llorando, corriendo y sufriendo... lo descubres cuando sonries, cuando ganas, cuando pierdes, cuando eres... lo descubres cuando niegas, cuando eres cobarde, cuando estas solo, cuando respetas tu vida y tu camino después de no haberlo hecho. Por eso el propio corazón se lo ocultó, para que no fuera presa de la corrupción y de la derrota, para que cuando ocurriese significara todo por entero y no un pedazo de alma y de sueño rotas.

no existe corazón sin cicatrices ni historia a la cual le falten hojas que ocultan pasajes que no se quieren recordar. Todos tenemos un índice, un prólogo y una historia que vivir para contar. Como la historia del chico que soñó su destino sin saber que sí lo habría de encontrar.

¿Cómo le llaman a eso?

Le llaman Felicidad...

No preciso contarte una historia que tú debas descubrir, simplemente dejar testimonio de que esto Dios ya lo sabía, de que esto yo ya lo sabía, de que esto él lo supo y se le tuvo que ocultar. Sólo así tu camino y el suyo serían sagrados, sólo así sería apreciado el valor de la entrega y la espera. Ya no hay lugar para el dolor que nunca acaba, pese a que el dolor nunca se vaya. El futuro escrito consiste en aprender a vivir con los bémoles de la existencia, sabiendo que aunque se pueda ver en aquello que ha sido escrito, todos cumplimos una misión, una meta, un cometido que no puede ser evitado. Lo que debe ser, será... lo que debe irse, partirá... lo que se ha amado se atesora y lo que es nuestro motor y nuestra esencia: se conserva. No lo recuerdas, pero siempre toma una forma, te cuida y te lleva sin que te percates ni repares en querer darte cuenta. El destino no existe más que como el sueño más profundo que canta y que grita aun cuando toda esperanza parece perdida... el universo escucha, escucha y conspira para que seas justo aquello que veniste a ser: una realidad.

Una realidad que rime en el medio de una lluvia y de la lágrima de quien ahora sabe que toda espera y toda lucha tiene un final: la felicidad.

Por eso la sonrisa es invaluable, eterna, inevitable. Por eso la tarde, las nubes, las calles y la gente son completamente tomados en cuenta, porque todo importa, todo sirve, todo ha conformado su parte en la escena, donde uno se ve cara a cara con aquello que, sin recordarlo, pudo observar y nunca dejar de soñar.

Tus sueños son tuyos, no le pertenecen a nadie más. Es tu barco, tu esperanza, tu fe y tu fuerza, titilando en la simpleza armoniosa de una vela. Hay cosas que no deben saberse, hay cosas que es preciso ocultar, para que tu historia sea tu historia y no un "debio ser" que destruya lo que amas y que asesiné lo que eres.

No importa el tiempo, no tiene relevancia alguna el pasado o el futuro... cuando se cumple la meta, sólo el presente es más que suficiente.

Podemos partir entonces, en cualquier momento, bajo consciencia de que le hemos encontrado: nuestro eterno mundo para girar, para ocupar nuestro sitio entre los astros.

Todo lo que partió debía partir... sólo así tomarías en serio la única cosa que no se irá porque siempre fue... no más adiós, no más cadenas... sólo el amor te hace libre... sólo la verdad te dará las alas para volar.

Por eso quedará escrito...

Porque nunca se podrá olvidar... nunca más.

Esta es tu historia, tu parte en el mundo, tu huella en la ruta de todos... que ignoran lo que será.

Light me...

feel me...

the candle... is warm.

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