10 septiembre 2006

Astro’s Lighthouse.














Cuando niño,
Disfruté como nadie de hacer barcos de papel,
Era lo único que sabía hacer,
Los aviones nunca fueron mi fuerte...

En aquellos días amaba como nada los días nublados y lluviosos,
Ver el entorno brillante, mojado,
Y ese cielo gris cuya luz alumbra todo con melancolía.

Caminaba con mi barco de papel,
Y buscaba los charquitos que llevaban una corriente,
Y ahí dejaba mi barquito,
Complacido de verlo moverse.

Llegó el día que yo crecí,
Y olvidé recuerdos de esos días,
En que mis sueños eran para mí el mundo entero,
Mis sueños eran lo único que yo tenía.

Hasta el día que hice un amigo…

Y después muchos más.

Y sucede que en una ocasión con uno de ellos,
Me encontraba yo frotándole su espalda y animándolo a seguir,
Pues la vida siempre cae en esas tormentas,
Que nos hacen debatir.

Pero mi amigo es un gran barco,
Con su vida y sus rutas navegantes,
Y no puedo dejarlo perderse en tormentas,
Porque en él hay más de un tripulante.

Yo le dije: Si te pierdes,
Si tu mundo deja de tener sentido,
Busca el faro, búscame en el faro,
Donde yo te daré auxilio.

Si nos perdemos en las rutas y los mares de la vida,
Que sepas que hay un puerto seguro,
En este corazón que pese a los cambios y pese al tiempo,
Siempre tendrá ese espacio que sólo es tuyo.

Ya no soy más un niño,
Ya no puedo dejar correr en charcos un barquito de papel,
Pero puedo alumbrar el horizonte siempre que pueda,
Para evitar que te puedas perder.

Porque miles son los faros que mi barco,
Condujeron a mil puertos,
Me permitieron sueños y grandezas,
Y los estrujos de corazón que da el amor.

Miles de faros y luces han prendido,
En este corto y largo camino,
Ellos son la muestra de hoy en día,
Que me prueba que tengo más que sólo un sueño.

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