04 noviembre 2006

Oh va va! Oh va va! Oh va va! Oh va!



















Era yo muy pequeño cuando a México llegaron unos weyes directitos de España haciendo bailar a todos al ritmo de Rumba Samba Mambo. ¿Alguien les recuerda?

Bueno, pues en estos días que me ha dado por descargar todo lo que siempre quise (y hasta lo que no quise pero me acordé) logré encontrar algunas de las muchas rolas que me gustan de dicha agrupación jotitzima: Locomia.

Recuerdo a una vecina, hermana de mi primero amigo de la infancia, que ponía el disco todo el día todos los días y que terminó metiéndome a los jotos esos hasta por las orejas (hay si, que sacrificio no?) Total! Ya cuando crecí y empezaba yo de puberto los chicuelos regresaron a México, con nuevos gays, digo, integrantes y esos pinches abanicos que me fascinan!

Mi fascinación con ellos (más que por ellos) son los pinches abanicos! Digo, cada puto tiene su pretexto para usar algo femino y el mío son los abanicos! Me fascinan! Era de que los veía usando uno en cada mano y como giraban y giraban y yo me volvia loca! Digo! Loco loco!!!

Obviamente nadie esperaba mucho de estos weyes, su espectáculo era una jotez de tamaño monumental que consistía en el giro de esos hermosos abanicos y el paseo de los 5 putitos en turno por el escenario. Neta! Yo habria dado lo que fuera por eso! Jajajaja Simplemente por los abanicos (sí, aunque nadie lo crea).

Yo quise ser un chico locomia!

Y si alguien me pusiera un abanico enfrente ahora…

Todavía lo haría…

He dicho.

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