12 julio 2009

Sea Libre


“Ustedes que están jóvenes, vivan al máximo la vida! Porque llega un punto en donde ni corriendo la alcanzas”

Doña Jaqui –personal de intendencia-



Llegue yo a un departamento de la empresa para resolver un conflictillo cuando Oscarin, amigo mío en ese sitio, mencionó con sonora expresión:

“A ver si se puede rápido porque esta maquina es bieeeen lenta”

“Como yo” dijo Doña Jaqui, quien se encontraba limpiando en el lugar…

Así fue como empezó una breve conversación que concluyó con la máxima filosófica que está descrita al principio y que me pareció perfecto pretexto para escribir hoy…

Recordé con la expresión de doña jaqui que mi mamá me ha dicho esa misma frase durante incontables años, a veces mas seguido, a veces menos frecuente… la he visto luchar y crecer toda mi vida, la he visto caer, cansarse y padecer… como hace cada persona en cada lugar del mundo (aunque haya sus excepciones, gente que ni sepa lavar su ropa ni le interese saber). Recordé que fue mi propia madre quien me ha dicho estas mismas cosas y en quien he visto que doña jaqui tiene una razón de decir lo que dice -aunque comparativamente ella sea una niña comparada con gente que es mas grande-. El tiempo nos alcanza, nos rebasa, nos transforma… como frutas que en determinado punto del tiempo yacen maduras, caen del árbol y desde ese momento es otro su sueño y su misión aunque formen parte del mismo ciclo del mismo universo.

Todo cambia, sin duda alguna, y el día de hoy somos jóvenes, mañana seremos adultos y algún día, si tenemos oportunidad, hemos de envejecer…

Puede parecer simple decirlo pero la voz de quienes lo experimentan te lo va indicando: vive tu momento, plenamente.

Alguna vez leía un texto de Quino, el creador de la historieta Mafalda, en donde explicaba que la forma en que vivimos en este universo está mal –quizá hayas oído del texto, es bastante popular-, refiriéndose mediante un escrito sublime a las etapas de la vida ocurriendo de forma contraria a la forma natural: morir primero, ser adulto mayor, irte haciendo joven para vivir con toda esa experiencia con la que deseamos haberlo podido sentir, volver a ser niño ya muy entrados los años y concluir con un orgasmo, una explosión que nos separe nuevamente en los trozos genéticos que somos y cuyo misterio se rodea de placer…

No puedo evitar sentirme emocionado… ese sueño vaya que seria bonito!

Tenemos el presente… donde somos lo que somos… no tenemos otro chance, no tenemos ni siquiera una esperanza: moriremos… antes o después, pero lo haremos…

Y… por cada día de mi vida, pese a que a veces esté animado y otras no, pese a mi carácter: sus luces y sus defectos, pese a las circunstancias, aún con todos sus vaivenes: gracias… porque vivo lo que soy.

Es poco el tiempo para vivir sin soñar, uno lucha, intenta, cree… encuentra y algunas veces, como en todo, toca caer. Esta vida es como un constante viaje en parque de diversiones, donde ignoras que va a pasar pero lo tendrás que enfrentar y, si eres hábil, lo sabrás sentir y te divertirás…

Somos todo, puntos flacos, puntos fuertes… niños que crecieron y adultos que luchan… un día seremos viejitos, si antes no nos hemos ido, y seguramente no acabaran las quejas, pero tampoco las conversaciones, los recuerdos y, si tengo algo de suerte, una mano que tomar y que me acompañe el resto del camino.

Vaya que uno tiene ganas de vivir… ganas de hacer muchas cosas realidad…

No hablo de objetos, no hablo de bienes ni viajes, hablo de todo, de un entorno que responda a la intensidad de nuestro brillo, del que siempre seamos capaces de extraerle esencia y de ser el mayor tiempo que sea posible: una luz que ilumine el camino de otros.

No sé si me alcance el ánimo, la vida o la esperanza para ver todo eso ser verdad. No puedo comprar mi destino ni puedo garantizarme que todo ello pasará… sólo puedo vivir intensamente, no preocuparme tanto y usar lo mejor que sea posible mi presente… porque de donde yo me encuentre y lo que ahora haga: el futuro dependerá.

Que curioso… Doña Jaqui sólo tuvo que decir “llega un punto en donde ni corriendo la alcanzas”, refiriéndose a la vida, para que yo sonriera tiernamente y, sin poderlo evitar, me pusiera un poco triste…

Será porque, sin decirlo a las personas, lucho porque vean su propia vida y porque le saquen partido, sean como sean…

Será que yo mismo lucho de la misma forma y lucho por no decir una frase así… por combatir las frases así…

Pero es verdad…

Un día, cuanto todo acabe, seguramente recordaré sin miedo todas las caras que pueda, seguramente pensaré en todos los sueños que tuve, en todo lo que hube llorado, en todo cuanto pude disfrutar… seguro habrá miedo de morir y ¿cómo saberlo? Quizá dolor… Pero me quiero ir consciente de que hice algo, algo que se quedó contigo siempre, algo que hizo brillar tu vida aunque podamos acabar en puntos lejanos del universo…

Y aunque ya no pueda alcanzar al tiempo ni tenga otra oportunidad de verte… gracias, vale? Amo cuando las personas me enseñan y que, aun de la tristeza, hubo razones para ser feliz.

Es verdad… llega un punto donde ya no es posible alcanzar a la vida…

Y se llama, muerte…

Gracias Doña Jaqui… por recordarme eso… sé que tiene razón: que el tiempo pasa, que el cuerpo se cansa y que en algún momento la vida va a cambiar y seguir el camino se hará difícil, pero no temo de eso aunque seguro me molestaré, porque la vida es vida y hay razones de que sea así. Gracias, porque sí, la escucho, y créame: mientras hay vida hay esperanza…

No pierda la esperanza… es la razón por la que, cada día, le sonrío y le digo “buenos días”…

Porque cuando uno ya no puede alcanzar las cosas es bueno tener una mano, no que nos lleve, no que nos traiga algo, simplemente que nos acompañe… para nunca estar solos en ningún camino…

Dicen que el amor transforma… y yo tengo que seguir soñando y caminando, para no dejar que el tiempo se vaya sin mí, sólo para detener mi imagen en un par de ojos y hecho eso, partir.

No alcance a la vida doña Jaqui… ¿acaso no es la vida quien la rodea a usted, justo ahora?

No necesita alcanzarla para ser alguien… sólo vívala…

Hasta donde el cielo abarque y el camino se una…

Hasta donde la vida nos permita ir… hasta donde Dios lo diga…

Y confie su alma a una sola frase -lo único necesario para ser feliz-: “Hágase, tu voluntad”

Porque, cuando llegue el final, sólo el camino andado quedará.

"Sea libre..."

Con eso... encontrará por que vale la pena seguir...