22 enero 2008

La última sonrisa que me dió.


Fue un largo caminar, divagando...

Me senté en la banqueta, a esperarte...

Apareciste, por última vez, para siempre...

Ese día...

Me dijiste...

Adiós.


-¿Sabes? Creo que debiste estar muy enamorado para hacer lo que hiciste...

-Fui tonto... No debí perder el control de esa manera, yo me lastimaba gravemente.

-Creíste, no había nada de malo en eso... él fue capaz de amarte, de sentirlo en carne viva, pero él es responsable de su vida y a veces uno huye de lo que ama, pues no está lísto.

-???

-No me malentiendas... si esperas que yo te diga que tienes razón en odiarlo sabes perfectamente que no lo haré. Tu actuar no estuvo "mal" en términos de que te sientas culpable de haber causado dolor a quien amabas y de causarte un dolor a ti mismo; experimentaste el dolor de una pérdida grave, era algo predecible el saber que perderías el control, eres humano y tus sentimientos no estaban encerrados en una caja. La energía, cuando fluye, va a una velocidad que gravita al unísono del giroscopio que la guía y al perder la guía la energía se dispersa, sin control, chocando y rompiendo lo que encuentra a su paso ya que un equilibro se ha roto. Tú sabías el riesgo que representaba una ruptura así, pero no eras prudente, ignorábas el grave peligro en el que una velocidad tan rápida coloca a cualquier corazón. Quien ignora, pues se desconoce, no tiene una culpa grave e imperdonable. Dentro del corazón de las personas ha existido siempre algo que les es "imperdonable", algo que ellos saben que hicieron "mal" pues sienten culpa de no haber hecho lo que "era correcto" aún sabiendo que debían hacer. Las cosas no siempre son lo que parecen ni funcionan como se espera, ya que es la experiencia la única capaz de brindarnos el gran tesoro de la confianza y tú eres aún muy joven e inexperto para entenderlo... Comprende esto: sólo amándote eres capaz de dar amor, sólo procurándote eres capaz de procurar a alguien. Tú ignorabas muchas de esas cosas, te aferraste a creer que tu método era la única sálida, no conocías otra, no sabías que el amor ni así se destruye ya que él nunca deja de existir y cada corazón es responsable de afrontarse ante sí mismo y de curar sus heridas y vivir sus recuerdos. Él huyó y ten la seguridad de que pagó su precio, de que atesora los mismos recuerdos que tú con la misma intensidad. Su corazón brilló, lo sé. Pero no es tu responsabilidad enfrentar sus sentimientos, es su deber ante sí mismo. No estuviste mal, sólo "Te Equivocaste"... jaja! gran cosa! Como si hubieses sido el primero en el mundo que hace eso! Acéptalo: Te equivocaste, tomaste una decisión inadecuada por haber ignorado señales que pensabas conocer. Te juzgaste sabio y preparado, incapaz de fallar o equivocarte, y esa fue la semilla de tu caos.

-...

-Sabes que no miento... Dentro de ti hay una enfermiza necesidad de ser un niño que busca culpar a alguien para así poder responsabilizarlo de tu dolor y tu pena, la pena de haberte arrebatado algo que te era necesario. Nunca volteaste la moneda, nunca observaste que era un espejo, un reflejo. Simplemente no puedes negarlo eternamente: Tú querías tener razón. ¿Y dónde queda lo demás entonces? ¿Dónde queda su capacidad de equivocarse? y algo más importante... ¿Dónde quedas tú?

-Sí, quería tener razón. No quise equivocarme una vez más. Consideraba que ya era suficiente, que había caminado suficiente y merecia encontrar la paz con ese alguien. Yo esperé que fuera el final del camino y no solamente una etapa al siguiente paso que dar. Quise que fuera a mi modo, también fuí egoísta.

-Era tuyo... ¿De qué servía dudar? El amor nació, vivió y fue feliz en esos días. Tú te arrebataste el placer de continuar amando, aunque significase sufrir intensamente; No lo hagas nuevamente. No te arrebates tu amor, ni permitas que una falsa sensación de seguridad te haga pensar que "ha acabado el camino". Los caminos nunca acaban, siempre existe "algo más" que perseguir. Esto no es un sueño, un cuento que acaba en una última hoja, esto es la vida, la vida que continúa siempre y cuya única forma de parar es mediante la transición que provoca la muerte. El amor no cesa en ti, porque eres brillante y refulgente, aunque me ocultes tu faz estos días, solamente insistes en creerte incapaz, no merecedor, no digno de esa bendición.

-Entonces, él no era esa persona y yo no debía desgastarme inútilmente.

-No... eso es insistir en lo mismo. Él era esa persona, él siempre fue la persona adecuada. Sólo no presiones su corazón, ni el tuyo. No hay tal necesidad. Se prudente con tu amor, sábete digno de algo más que gira en torno al mundo, un algo más representado en muchas cosas, en muchas caras, en muchos sitios. Tú y yo hemos sido divididos muchas veces y traídos a encontrar cada pieza que forma parte de nuestro corazón. Él era "ESA" persona, pero no era la única persona. Nuestro corazón albergará, mientras avance, todas las piezas necesarias para nuestro crecimiento individual; tú lo llevarás siempre en ti del mismo modo que él te llevará siempre dentro de sí, porque tú fuiste su bien, su ejemplo y él lo sabe. Él sabe que nadie más podrá ser la mitad de lo que fuiste tú y sí, seguramente juzgará tus acciones, podría juzgar tu carácter como débil y rompible. Sólo recuerda: somos espejos. Mientras tu sucumbiste por amor, él huyo, mientras él pudo mantenerse entero mediante egoísmo tu perdiste la cordura rompiéndote en pedazos por entrega ciega e imprudente (ambos fueron excesos, muy probablemente necesarios para cada quien). Él no temió huir para poder amarte sin lastimarte, tú no temiste lastimarte para demostrarle que lo amabas. Son la misma cosa, igual de grandes, profundas e igual de cuestionables ambas conductas... entonces... ¿Quién tuvo razón? ¿De qué servirá darle la razón a alguien? ¿A quién puede eso ayudar si está naciendo de un racionalismo cuyo mero objetivo es demostrar superioridad y no entrega? Todos tienen derecho a equivocarse y a tomar sus decisiones, todos tienen derecho a ser feliz. Basta saber que nadie puede arrebatarte lo que es tuyo, porque aunque el mundo acabe, tú siempre vivirás ahí, dentro de ellos. ¿Porque la angustia? No hay necesidad... Has sido despojado de ese dolor y bendecido con un día más. Un día más para vivir, un día más para fallar, un día más para reírte, un día más para volver a amar. Amar cada sonrisa y cada gesto, amar cada instante que nadie más tenga porque saber. No necesitas darle razones a nadie: Tú alegría nunca le ha pertenecido a otros.

- Él Sonreía... el mundo se desmoronaba, todo parecía roto, perdido... y él sólo sonreía.

Era como si de esa sonrisa dependiera el futuro del mundo entero, el suyo y el mío. Se veía abatido, con la mirada triste; una persona que está a punto de quebrarse pero que es la única que poseía la fuerza que era necesaria.

Te he juzgado mal, he sido tan egoísta como pensé que lo eras tú. Nunca fuimos diferentes, nunca fuimos menos brillantes. Te sacrificaste de la misma manera que lo sentía yo, te entregaste al amor que es mas grande y profundo, perdóname... pensé que lo sabía. Yo fuí el egoísta pues fuí quien vivió el amor "idealizado", abracé la idea de días que no terminarían y de historias que viviría yo a tu lado. No quise convertirme en un ejemplo, en un amuleto. Quise romperlo todo, convertirme en un mal sueño, un simple recuerdo. Siempre fui yo, con mis broncas y mis quejas. Siempre fui yo, el irresponsable, el inmaduro. Sé que te sentías encadenado, atado a un compromiso más grande que la Luna. Sé que amabas mis defectos y sé cuanto dolor debí haberte causado con mi actuar.

No espero que vuelvas, sé que he perdido mi derecho. Sólo espero que vayas donde vayas seas quien tú siempre eres. Quiero decirtelo: Lo siento, YO ME EQUIVOQUÉ. Lamento no haber querido dejar que te fueras, sabes que realmente te amaba. Lamento haber sido egoísta... lo lamento...

No sé si disfrazaste razones, no sé si supiste engañarme. Sólo se que funcionó y que no soy capaz de dejar de amarte. Cada vez que la música inunda mis oídos y provoca en mi las emociones más profundas y extrañas yo me transporto irremediablemente a ti. Conozco la textura de tu piel, conozco lo suave del dormir en tu regazo. Era un niño necesitado de tanto amor, incapaz de darse cuenta de que llevaba en mi frente una luna creciente, era tan sólo un niño empedernido en querer permanecer así siempre.

Hoy, que soy capaz de hablarme más honesto que antes sé que lo logré: vivirás en mí siempre.

Dijiste adiós, mientras las personas caminaban a sus casas. Un semáforo planteaba un alto, una pausa breve pero inmensa; todo el mundo pareció voltear y detenerse sólo un instante de segundo para grabar en el universo una página de historia. Yo te abrazaba, deseando que ese segundo fueran años, que esos años fueran canas. Después fue caminar, de regreso a mi vida, de regreso a mi alma. Mi trabajo era buscarme y encontrarme.


Tú dijiste que un día lo entendería...

- Entonces... ¿Ya estás bien?

- Sí.

- Es hora de dormir entonces...

- Sí.

- Oye Luis?

- Si?

- Te Amo.

- Y yo a ti.

(=Astro=)

No hay comentarios.: