Iba “with the Jesus In the Mouth” (hahaha) en mi transporte de pasajeros que me encamina al trabajo cuando escuche nuevamente esta historia que me hizo acordarme de un momento de hace mucho tiempo atrás.
Escuchaba que, según investigaciones recientes, ya está comprobado que las personas con quienes hemos tenido intimidad permanecen “en nosotros” por un periodo de tiempo que, en promedio, comprende 7 años. Esto deja claro que, cuando te acuestas con alguien, compartes mucho más de ti de lo que uno mismo creía saber, causando que cada uno se quede con, digamos, la “esencia” de ese alguien por un tiempo…
La “esencia” de alguien ehh…!!! hahaha… Sí, yo sé… suena a muuuuuchas clases de “esencias” (parezco vaca rumiando haha) y que parece que hablo de fluidos corporales, de sudor y demás cosas que uno intercambia en dicho acto (ay sí! Bien técnico e imparcial yo no? Hahaha I like that act) pero no… hablo de energía, de cargas positivas y negativas que entran SIEMPRE en movimiento cuando tu cuerpo toca el de otro y pasa algo…
No es casualidad, ni a este respecto, que haya personas cuya presencia y permanencia en nuestras vidas sea corta… si bien el promedio de “remanencia” es de 7 años es sólo eso: en promedio. Puede ser más breve o incluso más largo ese tiempo, pero existe y va más allá de lo prospectado por uno mismo…
El cuerpo tiene memoria, el cuerpo recibe energía y, de la calidad y la fuerza que trae esa energía se ocasiona un efecto y consecuencias posteriores a la energía de la otra persona. Significa que algo de los otros siempre quedará en nosotros, así de simple…
Que romántico asunto en una época donde los sentimientos están tan devaluados en muchos corazones no? Digo… la idea de que alguien “que realmente me importe” lleve consigo todo eso que realmente siento es simplemente asombroso… (hehe… entonces nada de lo vivido fue en vano uh? Hahaha) y todo mediante ese lenguaje que no necesita de palabras, apenas del tacto, de la piel, de las miradas, de las respiraciones que se agitan… un acto donde lo único que se necesitan son tú y la otra persona, juntos, tan juntos que (como ahora sabes) se causa un efecto a largo plazo…
Entonces sí cambiamos las vidas de los otros ehh!!!… Reparo en pensar que clase de personas hubo tiempo atrás… y, tú sabes, los hay buenos, los hay intrascendentes, los hay malos que pues simplemente no valen nada (porque no ven nada), pero aún así “algo de ellos queda conmigo” más allá de mis juicios y mis subjetivismos, por lo tanto es cierto… los cuerpos se hablan, los cuerpos saben, los cuerpos tienen química, química que nos afecta, nuestra biología que no miente y que transforma nuestras vidas: para siempre.
Intentar negar o decir que no sucederá de poco sirve, si tu cuerpo habla lo hace en un idioma que va más allá de ti y nada podrá detenerlo, eres tú, con el curso de tus decisiones y de tus acciones quien decide como se construirá en adelante, construyendo andamios propios para sustentar tu vida y reconociendo que, bien o mal hecho, lo que hacemos causa efecto, un efecto que si sabes degustar te construye y que si no te sabe bien transforma algo… (porque la vida es eso: energías que se transforman).
No creo en las casualidades… creo en la energía, creo en su poder para cambiarte de rumbo, para hacerte decidir irte o quedarte ya que las cosas se acomodan donde deben de ir, como ahora que recuerdo que hace mucho tiempo alguien me dijo “el cuerpo tiene memoria”, mientras yo yacía en esa cama, sin idea de mi futuro y sin saber quien era, mientras esos dos ojos y tu boca sonriente me dijeron: “Serás grande… me gustaría verte cuando tengas 27 años porque sé que, para entonces, ya estarás siendo un chingón”
¿Cómo pasa el tiempo ehh? Heme aquí, a mis 27 años, caminando finalmente, con un corazón tranquilo que se emociona, se aburre, se enoja y hasta grita… caminando por otras calles, por otros rumbos, no buscando nada porque lo que yo quiero es todo, no buscando nada porque tengo ese todo y no busco menos que eso, cuando llegue, cuando aparezca, cuando lo vea y entonces pueda caminar hacia ese destino, destino que yo elijo…
Recordando tu sonrisa (la de todos)… todas las sonrisas que significo creer, que significo estar juntos, que significó partir (aunque por dentro hubiese el dolor)… partir por algo, por un viaje que nunca acaba, porque en el corazón lo que llevas tiene impregnada una esencia, esencia que te lleva al lugar donde alguien estará esperando…
“El cuerpo tiene memoria” Vaya que lo sé… Aún huelo a ti y tú aún llevas mi aroma,
Un aroma que hoy dio lugar a un recuerdo…
Un recuerdo aún tan real...
Una gran verdad.
Escuchaba que, según investigaciones recientes, ya está comprobado que las personas con quienes hemos tenido intimidad permanecen “en nosotros” por un periodo de tiempo que, en promedio, comprende 7 años. Esto deja claro que, cuando te acuestas con alguien, compartes mucho más de ti de lo que uno mismo creía saber, causando que cada uno se quede con, digamos, la “esencia” de ese alguien por un tiempo…
La “esencia” de alguien ehh…!!! hahaha… Sí, yo sé… suena a muuuuuchas clases de “esencias” (parezco vaca rumiando haha) y que parece que hablo de fluidos corporales, de sudor y demás cosas que uno intercambia en dicho acto (ay sí! Bien técnico e imparcial yo no? Hahaha I like that act) pero no… hablo de energía, de cargas positivas y negativas que entran SIEMPRE en movimiento cuando tu cuerpo toca el de otro y pasa algo…
No es casualidad, ni a este respecto, que haya personas cuya presencia y permanencia en nuestras vidas sea corta… si bien el promedio de “remanencia” es de 7 años es sólo eso: en promedio. Puede ser más breve o incluso más largo ese tiempo, pero existe y va más allá de lo prospectado por uno mismo…
El cuerpo tiene memoria, el cuerpo recibe energía y, de la calidad y la fuerza que trae esa energía se ocasiona un efecto y consecuencias posteriores a la energía de la otra persona. Significa que algo de los otros siempre quedará en nosotros, así de simple…
Que romántico asunto en una época donde los sentimientos están tan devaluados en muchos corazones no? Digo… la idea de que alguien “que realmente me importe” lleve consigo todo eso que realmente siento es simplemente asombroso… (hehe… entonces nada de lo vivido fue en vano uh? Hahaha) y todo mediante ese lenguaje que no necesita de palabras, apenas del tacto, de la piel, de las miradas, de las respiraciones que se agitan… un acto donde lo único que se necesitan son tú y la otra persona, juntos, tan juntos que (como ahora sabes) se causa un efecto a largo plazo…
Entonces sí cambiamos las vidas de los otros ehh!!!… Reparo en pensar que clase de personas hubo tiempo atrás… y, tú sabes, los hay buenos, los hay intrascendentes, los hay malos que pues simplemente no valen nada (porque no ven nada), pero aún así “algo de ellos queda conmigo” más allá de mis juicios y mis subjetivismos, por lo tanto es cierto… los cuerpos se hablan, los cuerpos saben, los cuerpos tienen química, química que nos afecta, nuestra biología que no miente y que transforma nuestras vidas: para siempre.
Intentar negar o decir que no sucederá de poco sirve, si tu cuerpo habla lo hace en un idioma que va más allá de ti y nada podrá detenerlo, eres tú, con el curso de tus decisiones y de tus acciones quien decide como se construirá en adelante, construyendo andamios propios para sustentar tu vida y reconociendo que, bien o mal hecho, lo que hacemos causa efecto, un efecto que si sabes degustar te construye y que si no te sabe bien transforma algo… (porque la vida es eso: energías que se transforman).
No creo en las casualidades… creo en la energía, creo en su poder para cambiarte de rumbo, para hacerte decidir irte o quedarte ya que las cosas se acomodan donde deben de ir, como ahora que recuerdo que hace mucho tiempo alguien me dijo “el cuerpo tiene memoria”, mientras yo yacía en esa cama, sin idea de mi futuro y sin saber quien era, mientras esos dos ojos y tu boca sonriente me dijeron: “Serás grande… me gustaría verte cuando tengas 27 años porque sé que, para entonces, ya estarás siendo un chingón”
¿Cómo pasa el tiempo ehh? Heme aquí, a mis 27 años, caminando finalmente, con un corazón tranquilo que se emociona, se aburre, se enoja y hasta grita… caminando por otras calles, por otros rumbos, no buscando nada porque lo que yo quiero es todo, no buscando nada porque tengo ese todo y no busco menos que eso, cuando llegue, cuando aparezca, cuando lo vea y entonces pueda caminar hacia ese destino, destino que yo elijo…
Recordando tu sonrisa (la de todos)… todas las sonrisas que significo creer, que significo estar juntos, que significó partir (aunque por dentro hubiese el dolor)… partir por algo, por un viaje que nunca acaba, porque en el corazón lo que llevas tiene impregnada una esencia, esencia que te lleva al lugar donde alguien estará esperando…
“El cuerpo tiene memoria” Vaya que lo sé… Aún huelo a ti y tú aún llevas mi aroma,
Un aroma que hoy dio lugar a un recuerdo…
Un recuerdo aún tan real...
Una gran verdad.
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